viernes, 14 de diciembre de 2012

Para cambiar hay que formarse


Quiero inaugurar este nuevo blog mirándome al ombligo. Estas primeras líneas suponen una reflexión sobre la Administración Pública en España y sus nuevos escenarios. Las reestructuraciones en todos los sectores están a la orden del día y lo público no es un convidado de piedra. Todo lo contrario. Ya no sólo tenemos que hablar de la orientación de la imagen de los servicios públicos entre los ciudadanos,sino que además estamos observando cómo esos servicios son modificados en sus estructuras y en sus modelos de gestión. El ámbito académico universitario no es una excepción.

Por ello, si estamos en un periodo profundo de cambio necesitamos profesionales y directivos preparados para el cambio. De nada nos va a servir modificar la estructura y el modelo de gestión si las personas integrantes de los equipos de trabajo siguen operando desde otra mentalidad totalmente distinta. No sé de dónde tienen que sacar el dinero para ello, pero la universidad pública española tiene que invertir en formación para sus profesionales: personal laboral administrativo, personal docente e investigador y dirigentes.

El cambio organizativo se genera en equipo. Y hay que saber trabajar la necesidad del cambio a través de la búsqueda de motivaciones, emociones y de un plan estratégico de transformación de las organizaciones educativas. Un equipo de trabajo que sepa integrar los nuevos postulados organizativos en los contextos de la institución, en los hábitos adquiridos y teniendo muy en cuenta los perfiles del cuerpo de trabajadores.

El cambio siempre produce dudas,miedos y cierta actitud reactiva por parte de los públicos implicados. Eso es lo que está ocurriendo ahora en la universidad pública española, máxime cuando parece que nadie se atreve a explicar con claridad los escenarios futuros. Es necesaria un política activa de información clara, directa y al grano.

Somos proclives a rechazar los cambios de comportamiento que se nos plantean. Por tanto, el equipo de gestión del cambio deberá saber prever los posibles conflictos y ofrecer soluciones creativas que ayuden a generar emociones positivas a las expectativas de cambio. Los nuevos escenarios 2.0 deben ser un referente continuo de soluciones y de buen hacer. El gobierno abierto, el conocimiento abierto y la formación abierta están al servicio del cambio que debe producirse en la enseñanza pública española. Sí, necesitamos un cambio. Pero con orden y sentido común. Empecemos por crear un equipo de trabajo para ello en todas y cada una de las instituciones públicas de nuestro país.



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